DÍA 19: LA SERPIENTE EMPLUMADA

07-08-2012


CANCUN - CHICHEN ITZA - MERIDA (371 km)

















Empieza un nuevo día y quiero volver a las playas caribeñas de Cancún.


Eiii, ¿que hay de nuevo viejo?


En la misma playa también hay iguanas, aunque las que vi eran más pequeñitas que las de Tulum. Nótese que el cartel también está escrito en maya, lengua que hablan entre ellos los nativos.


Hoy luce el sol (de momento, el resto del día va a llover a ratos).



En ruta de nuevo, al cabo de poco salgo del Estado de Quintana Ro y entro al del Yucatán, con lo cual paso ya definitivamente a ser un ilegal debido a la situación administrativa de la moto. Por suerte en el control militar no me pidieron "los papeles"...





Tras algún aguacero molesto llego a las Ruinas de Chichen Itza, una de las denominadas Nuevas Siete Maravillas del Mundo.



Empezamos con el impresionante campo del juego de la pelota, muchísimo más grande (168 m) que los demás del mundo maya 
(por ejemplo el que vimos en Tikal). El juego no era exactamente un deporte sino un ritual y el objetivo era introducir una pelota en un anillo de piedra.



Esta es un de las canastas anulares que se conservan perfectamente y están a una altura considerable (tal vez de unos 5 metros) como veis en la foto anterior. Teniendo en cuenta que la pelota de caucho macizo era de la medida de una cabeza humana, es decir sólo un poco más pequeña que el diámetro del aro, se me hace imposible pensar como demonios se lo hacían para meterla sin usar pies ni manos, ya que sólo se podía tocar con los codos, las caderas y las rodillas. Si se tocaba la pelota con cualquier otra parte del cuerpo o se lanzaba la pelota por encima del muro, eran puntos para el contrario. Tan difícil era jugar que si se lograba pasar la pelota una vez por el aro es cuando se acababa el juego.


En las paredes están representados los mejores jugadores que seguro eran ídolos para la población.





Hay 4 cabezas de serpiente rematando cada uno de los lados del campo central de juego que hacen de marcadores. Al fondo ya vemos la Gran Pirámide.


Vemos a dos jugadores más ataviados con todo el traje lleno de protecciones que todavía hace más impensable tener la agilidad suficiente para jugar.


Sabemos que cuando terminaba el juego los perdedores eran sacrificados, degollados a cuchillo por los propios ganadores, lo cual para ellos era un honor ya que eran ofrecidos a los dioses. Aquí tenemos unas calaveras que tal vez representen a ilustres vencidos.


Las cabezas de serpiente aparecen también en muchos otros pequeños edificios de las ruinas.




Y ya vamos directamente con la espléndida y plástica Pirámide de Kukulcán de Chichen Itza, conocida también como el Castillo.


La escalinata lateral impecable. Cada una de las 4 caras tiene 91 peldaños, lo cual da la cantidad de 364 peldaños, a los que se le suma el templete superior para hacer 365, tantos como días tiene un año solar. La inclinación es notable, a 45 grados.




La otra escalinata más famosa, la escalinata Norte del descenso de la Serpiente Emplumada. Simboliza al Dios Kukulcán representado por las cabezas de serpiente.



Dos veces al año, en los equinocios (es decir cuando cambian las estaciones y llegan las lluvias), al ponerse el sol las luces y sombras de los peldaños ofrecen la ilusión óptica de que la serpiente desciende reptando desde el templo hasta la cabeza que hay en la base.


Kukulcán es la versión maya del Dios Quetzalcoatl de los Toltecas, de manera que junto a la repetición también del Dios de la lluvia Chac Mool confirman que hubo una clara influencia cultural Tolteca en tierras mayas.



El mindundi emplumado.


En el grupo de las mil columnas.


El demonio acecha.


Más templos y más columnas.


Nunca había visto en una columna la decoración con piedras pequeñas entre los carretes circulares. Tal vez tienen también una función flexibilizadora (como una goma silent-block) ante posibles movimientos tectónicos. O no.



Recorriendo una calzada maya llegamos al Cenote Sagrado morada de Chac Mool, Dios de la lluvia.


Estando aquí es inevitable recordar los Cómics de Tintín en los que el aventurero explorador encontraba dentro de los Cenotes tanto riquezas y tesoros como esqueletos de los sacrificios humanos que eran arrojados a los pozos.


Más demonios.


Destaca por excesiva la gran cantidad de puestos callejeros repartidos por todas las ruinas. Tal vez sean más de 500 personas intentando venderte algo...


Ya ha aparecido el Jaguar que se oye por todas partes, ya que los vendedores ambulantes se pasan el rato soplando una especie de caracola que imita su rugido.


Y volvemos a la plaza central

Familias mayas enteras se dedican a la venta también fuera de los chiringuitos.



Digo yo que los ganchos serían para colgar la chaqueta, o el casco...


El edificio conocido como el "Convento".


La "Iglesia".



Nos fijamos en las máscaras de Chac Mool que adornan las fachadas, narizota incluida.


Más serpientes en otros templos como el Templo de los Guerreros.


Observatorio astronómico llamado "El Caracol" por su escalera en espiral.


Los muros tienen hendiduras que se corresponden con diversos cuerpos celestes.



Y a seguir ruta. A media tarde llego hasta MÉRIDA, famosa por sus hamacas y con la cual vamos a retomar la Ruta Colonial.

Consigo cama en un económico hostal situado en la misma Plaza Mayor (o de la Independencia).

El espléndido Palacio Municipal y su torre del reloj.


La no menos notable Casa de Montejo. 


Detalle de las figuras de los ventanales.


El edificio antiguo al lado de la casa es mi hostal (Hostal Zócalo), más céntrico imposible.


La fachada plateresca de la casa, hoy día museo.


Detalle de las figuras y del escudo de armas.


Todavía más detalle en el que vemos que los dos conquistadores triunfantes se yerguen encima de las cabezas de los mayas, lo cual nos da una triste idea del tipo de relación entre "conquistadores" y "conquistados".

Parque de la Plaza Mayor.


La Catedral de San Ildefonso y su fachada con las tres puertas en arco.


Columnas de una altura considerable.



Había leído que la catedral era tal vez la más antigua de América y realmente no me lo parecía, hasta que en uno de los lados encontré la verdadera antigua Iglesia, cuya ampliación dió lugar al resto de la edificación. Destacan las cruces de madera encastradas en la pared y una vieja campana.




Al lado de la catedral hay un corredor peatonal con estatuas y exposiciones de arte, es el Pasaje Macay o de la Revolución.




El Palacio de Gobierno, abierto al público.


En su interior destacan los murales del patio y las escaleras.


La eterna lucha entre el bien y el mal (representados por un águila y una serpiente) en el vestíbulo.


En una de las salas, unos espectaculares murales explican la historia de México y sus gentes. Aquí vemos a los nativos defendiendo a sus familias.



Mérida es claramente un destino turístico, y donde hay turistas hay vendedores ambulantes.



Y otra vez en el Zócalo, encontramos el Ateneo Peninsular, que hoy día es el Museo de Arte Contemporáneo.



Y ya es hora de cenar.


Cae la noche y vemos el campanario de la catedral iluminado. 


Y hasta aquí dio de si la jornada de hoy, que no estuvo nada mal.

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