ASERRI - ASERRI (20 kms en busca de un helado y un bosque japonés)
El día resultó porculero y llovía a ratos así que optamos por tomarnos la jornada de descanso, lavar la ropa con la inestimable ayuda de la madre de Roberto y charlar distendidamente con su padre, a quien vemos con el enorme machete que llevaba al cinto y con el que tiene una desteza envidiable conseguida a base de años y de cortes... jajaja.
Los tres fuimos de excursión a un cerro cercano intentando no eslomarnos colina pabajo con la arcilla resbalosa.
Allí vimos los cafetales.
Y la huerta con plantaciones de todo tipo de frutas como plátanos y bananos de muchos tipos y medidas que yo desconocía incluso habiendo vivido un tiempo en Canarias.
Más café.
La recolecta del café:
Llegamos hasta la Roca famosa casi sin aliento (foto Roberto).
Nosotros viendo el paisaje (foto Roberto).
Y Roberto controlando sus dominios como un terrateniente...jajaja.
Llegamos hasta la Roca famosa casi sin aliento (foto Roberto).
Nosotros viendo el paisaje (foto Roberto).
Y Roberto controlando sus dominios como un terrateniente...jajaja.
Los tres expedicionarios con San José al fondo.
Roberto nos enseña una piña.
Y su padre saca el machete y se lía a pelar una caña de azucar...
De la que damos buena cuenta enseguida, jajaja.. ummmm.
Pericia en el uso del machete:
Como cuando acabamos la excursión se pone de nuevo a llover, nos dedicamos al bricolaje y mejoras de la máquina. Aquí el Honda Team Aserri trabajando a destajo para intentar rotar un poco el manillar que queda muy bajo para off road.
Y aquí el momento en que descubrí con placer inenarrable que la moto traía su juego de herramientas reglamentario Honda. Ahora sí que sí voy a llegar muy lejos.... jajaja (foto Roberto).
Con esto me da hasta para dos viajes... (foto Roberto).
Luego fuimos a casa de sus padres a zamparnos una buena comida. Es destacable la cantidad de fruta que se come en los ágapes normalmente en Costa Rica (mango, papaya, banana, etc) y además mezclada con los platos principales.
Por la tarde me dediqué a editar fotos en el portátil de Roberto y por la noche salimos a tomar un helado en un bello jardín japonés, acabando así un día entero de relax y recuperación en familia gracias a Roberto y a sus padres, excelentes personas, muy amables y muy atentos conmigo, un desconocido que se presenta por el morro en sus vidas.
El helado en el parque (foto Roberto.
La nena y la Kawa 250 de Roberto que pasaron dos noches juntas.
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