DÍA 42: "TATANKA IYOTAKE"

30-08-2012


TOAD RIVER - WHATSON LAKE - WHITEHORSE  (777 km)
























De buena mañana me lancé a la carretera intentando recuperar las dos o tres horas que ayer el frío y la lluvia me quitaron. Fue un error. Entre las 7 y las 9 de la mañana la rasca era tan intensa que tuve que parar cuatro o cinco veces a calentar las puntas de los dedos de manos y pies, en especial en las zonas con niebla que a esa hora inevitablemente se formaba en cada uno de los muchos lagos y estanques del camino. 

A partir de las 9 en cambio el tiempo se hizo llevadero y empecé a disfrutar del paseo, pero desgraciadamente la alegría no duró mucho rato... Ahora que el tiempo me daba una tregua la mecánica quería todo el protagonismo.  Al circular con la visera y hasta el casco abierto empecé a notar un ruido porculero en la zona del motor que no me gustó nada. Creo que ayer no lo hacía, pero realmente no lo sé porque a diferencia de ahora conduje con el casco cerrado, orejas tapadas y con el ruido de la lluvia contra la moto y el casco. Además, el escape macarril que se le puso a ésta moto tal vez quita peso, da potencia y facilita apartar con un golpe de gas a los peatones despistados en las ciudades caóticas centroamericanas, pero su estruendo constante tampoco ayuda a escuchar el motor y eso no es bueno.

En definitiva, que en vez de saborear el paisaje me pasé el rato haciendo mil pruebas a ver si el ruido seguía con el embrague cogido, en retención, con marchas largas y cortas, etc, y la cosa no pintaba bien. Lo único bueno de la situación es que no tenía alternativa pues allí en medio de la nada no había otra opción que seguir adelante. Mira que si después de cruzarme Centroamérica y Norteamérica no llego a Alaska por un pelo que me falta....





Llego al Muncho Lake.


Al fondo algunas cumbres de las Northern Rocky Mountains.


¡Amos, amos (que decía la Pricesa del Pueblo), no me digas que voy a ver búfalos en libertad!
(Paisaje espectacular por cierto...).


Pues va a ser que sí. Ahí va una famíla completa entre la niebla al lado de la carretera.


Enormes bichos estos.



Un rato después encuentro a un joven llanero solitario.


No sé si se alegra de verme o es que está a lo suyo...jajaja.


¡Oño! Pues parece que ya empieza a molestarle el "paparazzi" porque se me ha encarado y mejor pongo tierra de por medio...


Un rato más y al llegar a una enorme recta me encuentro esto...


No es que haya estos 40 sino que la recta entera está llena de ellos (yo calculo unos 100) ¡Es  una enorme manada de búfalos salvajes!


No me quitan el ojo de encima.


Vamos en plan National Geographic: el Búfalo es el Bisonte Americano (en Europa todavía quedan bisontes europeos en Polonia, Ucrania, Bielorúsia, Rumania, el Cáucaso, etc (incluso hay algunos protegidos en España)).

Antes de la llegada de los europeos al Continente Americano había una población de entre 60 y 100 millones de búfalos (!). Después de expulsar a los indios de sus tierras el hombre blanco empezó a exterminar a los búfalos hasta casi lograrlo, de manera que en 1890 quedaban sólo 750 ejemplares... Para llorar. 

Por suerte, de algunas manadas que quedaban (por ejemplo en el zoo del Bronx de New York) se pudo repoblar años después varios Parques Naturales y hoy día se calcula que hay unos 350.000 (claro que 250.000 de ellos son de granja para el consumo de su carne). En resumen, que éstos que vemos son algunos de los escasos descendentes en libertad de los animales que dominaron en su día la parte Norte de éste enorme continente.


Yo estuve aquí....jajaja.



Avanzo unos 100 metros y saco otro vídeo del resto de la manada.



Este me viene de cara y mejor lo dejo en paz que una estampida de búfalos me dejaría hecho unos zorros.


Destaca uno de los bisontes que va muy de sobrado y está tranquilamente sentado desafiante en el margen de la carretera.


Y con notable riesgo de mi vida :)  (porque si se levanta a cornearme me va a dar sólo tiempo de cerrar los ojos...), aquí tenemos al magnífico ejemplar, el jefe de la manada. Es un búfalo sentado, un Tatanka Iyotake en lengua Lakota.


No. No me he inventado el nombre. Es que era fácil.... Éste era realmente Tatanka Iyotake (búfalo sentado), a quien conocemos por Sitting Bull "Toro Sentado", el gran jefe de los Sioux Lakota Hunkpapa que acabó con el General Cúster y su Séptimo de Caballería en la  épica batalla de Little Bighorn (foto de la web, que yo tan viejo no soy...).

 
Y hasta aquí el documental de la 2....jajaja.

Yo sigo a lo mío. Recordareis que hace 14 días en Oklahoma estuve ya en el pueblo de Yukon, donde vive el cantante de country Garth Brooks.


Pues bien, ahora por fin había llegado al verdadero y mítico estado canadiense del Yukon.


Es una de las últimas regiones de Norteamérica en ser descubierta ya que hasta 1896 era casi desconocida (menos para los indios Dene claro, que llevaban aquí 60.000 años...).

Llego a Watson Lake y me recorro todo el pueblo buscando inútilmente un mecánico de motos ya que el ruido porculero va en aumento y me da la impresión de que la cadena tiene gran parte de culpa de ello (ojalá, porque eso es fácilmente reparable y descartaría un problema del motor)


Pero lo único que encuentro en este pueblo es su famoso Bosque de Señales (Sign Post Forest).



En el bosque hay colgadas incluso matrículas europeas.



Curioso cuanto menos...


Seguimos por la Alaska Highway que discurre un rato a caballo de la Columbia Británica y el Yukon, en el que se queda ya finalmente en una sucesión interminable de naturaleza.





Agárrate que vienen curvas...







Sigo con la mosca detrás de la oreja y voy a ver si jugando con la tensión de la cadena mejoro algo el ruido. Regulamos un poco por aquí...


... un poco por allá...


... y el ruido mejora bastante pero tengo la sensación de que la cadena está llegando al final de su vida útil y está demasiado estirada, ya que no hay término medio entre tensarla demasiado (con riesgo de cargarme los rodamientos del eje del piñón de ataque)  o demasiado poco (con riesgo de comerme los dientes de la corona...).

Pero podemos seguir avanzando que es lo importante. El Yukon sigue enamorándome.





Por ahí atrás asoman las espectaculares montañas ya cargadas de nieve y a media tarde el viento empieza a soplar heladito...


Llego finalmente a Whitehorse, una ciudad un poquito más grande por fin. A pesar de su nombre no encontré ningún caballo blanco pero sí un antiguo barco blanco de vapor anclado en el río. Es el S.S. Klondike.


Por fortuna, bastante cerca del barco se encuentran fácilmente dos hostales asequibles de backpackers (mochileros) a falta de uno, donde encontrar una cama en dormitorio compartido a buen precio.

Y por haber hay hasta un McDonald´s, a estas alturas de la película una parada imprescindible por su Wifi gratuïto (no hay cíbers por ninguna parte...) y su cena a base de Cheeseburguer o Mcpollo de 1'08 dólar con refresco gigante también de 1'08 dólar, que es de lo que vengo subsistiendo básicamente aquí en el carísimo Canadá, pues por 2/3 dólares es imposible comer nada caliente en otra parte, ni siquiera comprando en supermercados como suelo hacer en otros países.

Antes de meterme en la cama vuelvo a tensar la cadena de la moto y cruzo los dedos para que me lleve hasta Alaska, que está ya tan cerca que casi puedo olerla...



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