DÍA 52: NIÁGARA

09-09-2012


Clarington - TORONTO - NIÁGARA FALLS - (USA) - Tonawanda (260 km)



























El invento de los cartones en el maletero sólo funcionó a medias ya que por la mañana estaba "to crujío" tras 4 días durmiendo encogido. Y es que, lo quiera o no, ya voy teniendo una edad para estas cosas... Pero seguía vivo y eso era lo importante, jajaja

Después de quitarme las legañas una vez más en el baño del primer McDonalds que encontré, tras un rato corto de ruta llego hasta la ciudad de TORONTO, que al parecer estaba esperándome...



Aparco fácil ante alguno de los edificios de la Universidad de Toronto.


En cuyo Campus proliferan las ardillas pues con lo rápido que se mueven no es nada fácil sacar a cinco especímenes en una sola foto.


Justo al lado encontramos el Parlamento de Ontario.



Está rodeado por el Queens Park en cuyos jardines algunos aprovechan para practicar Tai-Chi.
 

El Sur del Parque apunta directamente a la Avenida University Ave.


Estatua de Sir John MacDonald el inventor de la hamburguesa BigMac.... (jajaja, que no, que fue el primer Primer Ministro del Canadá).


Ya estamos más en el centro, en concreto ante el precioso Roy Thompson Hall, sede de la Orquestra Sinfónica de Toronto y usado a menudo como Palacio de Congresos.


Los actos más glamourosos de Toronto, como la presentación de la nueva gama de coches Audi que vemos, se hacen aquí.


El Downtown de Toronto es bastante espectacular y recuerda mucho al de las grandes ciudades estadounidenses.


De las cinco ciudades canadienses que hemos visto estos días (Vancouver, Québec, Montreal, Ottawa y Toronto), esta última es a mi juicio la más fashion.



Además dicen que ahí a la derecha tienes que agarrarte porque vienen curvas peligrosas...


Y por ahí atrás aparece lo más visible de Toronto: la CN Tower (Torre Nacional de Canadá).


En el pequeño Simcoe Park se encuentra una escultura formada por montañas metálicas.



Y a unos metros el Monumento de "los 100 Trabajadores" fallecidos en accidentes laborales en la ciudad (uno por año desde 1900 a 1999, quedando el del 2000 en blanco...), mientras que un obrero anónimo en bronce con su casco representa la importancia de la equipación de seguridad al grabar en el muro "recordando nuestro pasado... construyendo un futuro seguro".


Otra de las atracciones de Toronto es el famoso Estadio SkyDome (actualmente llamado Rogers Centre), que fue el primero del mundo con techo abovedado corredizo.


Es la sede de los Toronto Raptors de baloncesto, de los Argonauts de fútbol americano y sobretodo del equipo de baseball de los Toronto Blue Jays que juegan en las Grandes Ligas y son el único equipo no estadounidense que ha ganado una Serie Mundial, de ahí el orgullo de los habitantes de Toronto.


Vemos el detalle de las divertidas figuras de su fachada.



Llego así hasta la base de la propia CN Tower, durante 35 años la más alta del mundo con 553 metros (ahora es la cuarta), y considerada por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Pues bueno... pues vale... pues me alegro...jajaja.


Vista del skyline del downtown.


Llego al "Waterfront" (lo que vendría siendo la línea de costa, aunque no haya mar...), a la altura del Harbourfront Centre en el muelle York Quay.


Es el Lago Ontario, el que divide USA y Canadá.


Se puede hacer un crucero por el lago a ritmo tranquilo en el velero Kajama, atracado en el muelle Queen's Quay.


O puedes subir a un barco de vapor como el Mariposa Belle.


Curiosa forma del TD Canada Trust Tower, en un rato estaremos allí.


Paso por la principal y mayor estación de ferrocarril, la Union Station, declarada edificio histórico-nacional canadiense.


Y en la parte baja del Trust Tower (Galerias Brokfield Place) los canadienses tienen uno de sus museos favoritos, el Hockey Hall of Fame.


Está dedicado a las leyendas del hockey hielo y por tanto es la meca de los aficionados al deporte nacional.



Me encuentro ahora en el cruce con la calle Yonge, sitio histórico nacional....


... porque según el Libro Guines de los Récords era la calle más larga del mundo (1.896 km. ni más ni menos, desde el lago Ontario hasta Minnesota). Actualmente parte de ella se ha rebautizado como Autopista 11.
¡1.896 kms! Ya me lo imagino....
- Por favor buenhombre, ¿sabe de algunos servicios públicos, que ya no me aguanto...?
- Si, justo tire hasta el final de la calle.  Jajajaja.


El histórico edificio del Old City Hall.


Frente a él hay un cenotafio de los caídos en la Primera y Segunda Guerras Mundiales y en la de Korea.




Con perspectiva vemos también su Torre del Reloj (otra vez con un aire al Big Ben de Londres).




Y al lado el controvertido y curioso rascacielos semicircular del Nuevo Ayuntamiento.




Frente a él hay numerosas obras de arte en la plaza Natham Phillips Square, como el famoso "The Archer" de Henry Moore.



E incluso una concentración de motos... (si yo les contara...).



Curiosa escultura que representa el equilibrio natural (para simbolizar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley equiparando a fuertes y a débiles).



En la misma pasarela hacia la plaza, es decir en el centro de Toronto, encontramos a varios vagabundos tirados en el suelo con sus cosas ante la indiferencia general, lo cual nos recuerda que estamos ya a pocos kilómetros de los Estados Unidos donde el fenómeno desgraciadamente es mucho más habitual.


Frente al edificio de los Juzgados vemos otra curiosa estatua "Los Pilares de la Justicia". Está muy bien pensada porque si te fijas falta una figura ya que representa (interpreto yo) que ese es el lugar del propio espectador que ha de implicarse para formar parte del sistema, el cual está incompleto sin la participación de todos y cada uno (a recordar que los sistemas anglosajones tiene mucha tradición de jurado popular...).



Y volvemos a University Ave.



Memorial de la Guerra de SurÁfrica (más conocida como "La Guerra de los Boers").





Y ya sin más pillo el coche, salgo de Toronto y bordeando el Lago Ontario recorro los kilómetros que me llevan hasta casi la frontera norteamericana.


Fruto de un malentendido con el GPS acabo haciendo una pequeña parada en Niágara-on-the-Lake, un precioso y turístico pueblecito.


En su día fue capital del Alto Canadá, pero al estar tan cerca de USA se decidió trasladar la capitalidad a Toronto, lo cual fue fantástico para el pueblo porque así ha conservado perfectamente su tranquilidad y belleza colonial. Vemos la Torre del Reloj.



Pero yo ando buscando otro tipo de "Niágara", en concreto las famosísimas Cataratas del Niágara, que no pueden andar muy lejos. 

Efectivamente, poco rato después aparezco en Niagara Falls (Ontario), donde empiezo a ver algunos hoteles y casinos como si hubiera vuelto a Las Vegas. 

Por unos asequibles 5 dólares/día logro aparcar el coche en pleno meollo,  y pasando de largo las atracciones que luego os enseñaré, yo me voy directo a ver lo que llevo días esperando: las "Niágara Falls". 

Aquí están. Vista de ambas cataratas a la vez, la canadiense a la derecha y la norteamericana a la izquierda


La cascada yanquee es plana.



Mientras que la canadiense es semicircular.



Los barquitos turísticos se adentran en el semicírculo.



Parece divertido, ¿no? 



El barco lucha bajo el arco iris contra el oleaje turbulento.




Y lo mejor de todo es que es un espectáculo absolutamente gratuito. Las cataratas se observan desde un paseo que es una calle más de la ciudad.



Y caminando se llega perfectamente a donde rompen las cascadas canadienses. Justo aquí.



Al fondo vemos el Rainbow Bridge (puente del arco iris, por motivos evidentes), que hace de frontera entre Canadá y USA.



Del lado americano se aprecia el pilar de un observatorio.



Y como el barquito zarandeado por las olas me ha molao, vamos allá también, jajaja. 

Protegido con el inevitable chubasquero subo pues a bordo del "Maid of the Mist".



Que me lleva hasta las cataratas americanas.





El ruido es ensordecedor.





Allá arriba vemos a la gente y nos hacemos una idea más clara de la dimensión de la catarata.




Pues al final ha valido la pena no haberme marchado a casa y seguir esta ruta extra (aunque sea durmiendo en el maletero) ¿verdad?.



Y ahora vamos hacia el semicírculo de las cataratas canadienses.










El agua pulverizada lo moja todo. Atención a las cámaras (suerte que la mía es de las sencillas de 90 leros pa que aguante mi ritmo...).



Escena marinera, agitados por las olas y mojados como patos, jajaja. 



Cuando acaba la vuelta el barquito vuelve al lado canadiense (hay barcos en los dos lados y hacen lo mismo por el mismo precio).


Subo por las calles hacia el meollo y ahora sí tengo tiempo de fijarme en el "show-busines" que tienen organizado aquí.


Los canadienses son conscientes de que su lado del río es el bueno para ver las cataratas (lo comprobaremos luego), y aprovechan la riada de turistas para montar un sarao importante...



Muchísimas atracciones y casinos.


Museos de cera temáticos, etc. Es una mezcla de dos calles que ya hemos visto en éste viaje: Hollywood Boulevard (Los Ángeles) y el Strip de Las Vegas. 



Vemos juntos a Indiana Jones (Harrison Ford), Lara Croft (Angelina Jollie) y Brendan Fraser (The Mummy). 


Y a Johnny y Orlando en los Piratas del Caribe. 


No podía faltar el "Ripley's belive it or not museum", compendio de cosas increibles empezando ya por el mismo edificio que asemeja al Empire State derribado por King Kong...


Al rato pillo el Ford Fiesta y atravieso el Rainbow Bridge, con lo cual sin problemas de aduana entro de nuevo en los

ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA (IV)



Y en concreto al 

NEW YORK STATE (Rep)

... donde el pueblo se llama igual que el del otro lado: Niágara Falls.


La Comisión de Festejos me da la bievenida...



La entrada al Parque Estatal es también gratuita.



Queda claro que ya estamos de nuevo en yanquilandia, pero la verdad es que me sorprende comprobar que las atracciones y chiringuitos en éste lado son pocas y cutres.



Y aquí está el lado americano de las Cataratas del Niágara.



Otra que está a lo suyo...



Por aquí baja el agua del Lago Erie que se vierte luego al lago Ontario con 14 mil millones de litros por minuto (suficiente para llenar un par de cantimploras...).



En 1859 el gran equilibrista Blondin cruzó las cataratas sobre una cuerda floja.







Igual que en el lado canadiense aquí también podemos casi tocar la cascada (a unos 3 metros te pasa el agua).


Se recuerda especialmente a la heroína Annie Edson Tylor, que fue la primera superviviente tras tirarse a las cascadas dentro de un tonel... con dos ovarios...



Vemos al Maid of the Mist luchando de nuevo con las olas allá abajo.



Estatua de Nicola Tesla, recordado comunmente por ser el inventor de la radio, pero en realidad su obra abarcaba mucho más allá, siendo uno de los padres de la electricidad y la corriente magnética.


La torre de observación Prospect Point construida en el lado norteamericano. El motivo de la misma es muy sencillo. Desde el lado canadiense antes hemos visto perfectamente la catarata yanquee y también vimos muy bien la propia catarata canadiense, ya que el estar en semicírculo que remata el largo paseo, la observábamos desde muchos ángulos. Pero en el lado americano las cosas no son tan fáciles, ya que como podéis comprobar en las fotos no es posible ver frontalmente su propia cascada, por ello inventaron este mirador para dar algo de perspectiva, pero desde luego no se puede comparar con la vista desde el lado canadiense. Conclusión: es mejor ver las cataratas desde Canadá (aparte del ambiente y chiringuitos que hay por las calles), por lo que si estáis en USA calculad que tendréis que cruzar la frontera para verlas bien y ojo-cuidado que si lo vais a hacer en vehículo ha de tener el correspondiente seguro.




No puedo dejar pasar la ocasión de recordar aquí y ahora "Niágara", la película que lanzó a Marilyn Monroe no sólo a la confirmación de su estrellato, sinó más concretamente a las fantasías calenturientas de una generación entera. (foto web)



El papel de la Monroe era de "mujer fatal", hasta el punto que se dijo que las dos bellezas naturales (la cascada y Marilyn) competían por la atención del espectador en una batalla que al final ganaba la Monroe, pues desprendía tal sensualidad que todos los hombres giraban la cabeza inevitablemente a su paso. (foto web)



Veamos pues a Marilyn con las cascadas de fondo... (fotos web)







Antes de marchar de Niagara Falls otra vez la Comisión de Festejos me despide (o se mofa de mi, no lo tengo claro todavía... jajaja).




Y hoy, por fin, celebrando que vuelvo a estar en USA y por lo tanto los precios son algo más económicos me voy a estirar un poco y voy a dormir en un Motel en Tonawanda, más que nada porque la ropa y yo ya olemos cosa mala tras cuatro días durmiendo en el puñetero maletero del Ford Fiesta, y una ducha y una colada son imprescindibles si no quiero que en un par de días me expulsen del avión en medio del Océano Atlántico...


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